sábado, 9 de junio de 2012

#CAPITULO 12

P.d.v. de Blake:
Alexandra se había convertido en la razón de mi existencia y eso que casi no había entablado mucha conversación con ella. Pero cuando la besé...fue como si nuestros labios estuvieran hechos juntos, y luego cortados en una línea perfecta, lo que hacía que volver a encontrarme con ellos fuera lo primero que pensaba cada mañana y lo último al quedarme dormido. Mi cabeza no era capaz de imaginar siquiera un segundo de mi vida sin ella, y aún no había logrado entender cómo había sobrevivido 16 años sin verla. La voz de la directora Feldman me sacó de mis ensoñaciones:
-Ejem, ejem. Probando, probando. ¿Se me oye bien? De acuerdo. Buenos días, alumnos y alumnas del instituto que yo misma fundé. Como todos sabéis, cada año se realiza un baile de San Valentín para las parejitas enamoradas, que se llevará a cabo el próximo día 25 de Febrero, sábado, para ser más concretos. Invito a todo el mundo a venir disfrazado a pasaárselo bien. Un saludo.
<<¿Un baile?Tenía que ir, y tenía que ir con Alexandra, pero no la vería hasta dentro de 3 laaaaaargas horas.¡Mierda!Por favor que no se me adelante nadie...!>>

P.d.v De Alexandra.
-...Invito a todo el mundo a venir disfrazado a pasárselo bien. Un saludo.
<<¡Genial! Un baile...y está claro que tengo que ir con Blake, con Mi Blake.>> En cuanto me di cuenta de lo que había pensado, no pude evitar ruborizarme<<¿Quién te ha dicho que es tu Blake, Alex? Aunque sabes que te encantaría que lo fuese, y ese beso...>>Pensé, deseaba tanto hablar con él...

viernes, 13 de abril de 2012

#CAPITULO 11

P.d.v: Blake
–Feliz día de San Valentín –dije sonriéndole y asombrado por haberme atrevido a besarla.
¿Por qué sorprendido? Yo era Blake Taylor, el que tenía todas las que quería y cuando quería. Pero con Alexandra... Ella no era un capricho. Realmente cuando la veía todo cambiaba. Ella y yo solo, nada más. Después de haber mirado aquellos ojos ya no quería ver a ninguna chica más. Después de las clases, mientras me había paseado por los pasillos para intentar buscarlas, todas las chicas tenían su cara. Me había obsesionado.
«No, estúpido, no te has obsesionado; te has enamorado», me decía una voz en mi mente.
Alexandra estaba ruborizada, pero sonriente. Era... Era distinta. Era Alexandra Price, la única chica capaz de hacer que me enamore de ella. Y con tan solo una mirada.
Un repiqueteo de campanas nos avisó de que eran las nueve, hora de cenar.
Creo que tenemos que entrar ya –dijo Alexandra con voz temblorosa, pero sin perder la sonrisa.
Me cogió la mano. La tenía caliente, lo cuál era genial, porque las mías estaban congeladas. Miré nuestras manos entrelazadas. Encajaban perfectamente, como si fueran dos piezas de un puzle. Sonreí.
¿Ocurre algo, Blake? –preguntó ella.
Negué con la cabeza y entramos en el edificio.

P.d.v: Matt.

No me lo podía creer. ¡Iban cogidos de la mano! Joder... Lo dejo solo un rato y ya se lía con una. Blake no había perdido el tiempo, eso estaba claro. Pero muy raro era que hubiera elegido a la pelirroja esa en vez de a la rubia de nuestra clase. ¿Cómo se llamaba? Ni me acordaba. ¿Entonces que nombre le ponía en la agenda del móvil? Muy bien, le pedía el número y no el nombre.
Una mano me cogió por el hombro. Reconocí a la persona por la presión que ejercía y porque me estada clavando un ancho anillo.
Buenas tardes, tía –dije girándome.
Mi tía, la directora Elisabeth Feldman, era una mujer que imponía. Pero como yo era su sobrino mimado, no me asustaba nada en absoluto.
Mattius, ¿cómo has conseguido que esos dos empiecen a salir juntos tan pronto? –preguntó ella sorprendida.
Je, yo no he hecho nada. No me ha dado tiempo de presentarlos.
¿¡Qué!? Niño idiota, si el amor surge natural, nuestro plan se irá al traste, ¿entiendes?
¿Y eso por qué?
Pequeño estúpido, ¿cuál es el enemigo natural de la magia negra?
Eh... el amor.
Me quedé un rato reflexionando. Debía ser un amor forzado, ahora lo entendía. Pues bueno, aún había esperanza.
Estate tranquila, tía, mi amigo Blake en su vida a experimentado el amor. Bueno, con su abuela, pero esa vieja murió hace mucho. ¿Y Alexandra? Creo que es igual. Dudo mucho que se haya enamorado de Blake. Para liberar tensión, ya sabes a lo que me refie...
Oye, oye, Matt, me alegro mucho de oír eso, pero no necesito saber para qué se hacen las parejas hoy en día.
Y con su paso elegante, se fue.

sábado, 7 de abril de 2012

#CAPITULO 10

P.d.v. de Alexandra
-–¿Sabes? Eres la única persona con la que me he sentido cómoda desde que llegué-Mis mejillas se encendieron a más no poder, y esperé que no se diera cuenta-Uff, aquí hace calor, ¿nos podemos ir a otro sitio?
-Está bien, todo lo que quiera mi princes...esto.. digo...Alexandra...
Una fina llovizna comenzó a caer, y sentí como si mi piel quisiera estar cerca de la suya. Estaba súper mono con el pelo mojado...
-Vaya, ha empezado a llover...-dijo él, en lo que me pareció un intento de entablar conversación-. Me encanta la lluvia, ¿y a ti?
Dejamos de caminar y nos miramos a los ojos
-Sí-murmuré, aunque casi ni yo pude oírlo.
Y de pronto, y sin darme tiempo a reaccionar, puso sus labios sobre los míos, y en un tiempo que me pareció un segundo, me dijo:
-Feliz día de San Valentín.

P.d.v. de Mattius Thomson:
<<Voy a revisar que no queda nadie en el patio, no vaya a ser que alguien se esté diviertiend más que yo en este momento...>>Pensé, mientras me recorría las instalaciones del college. <<Un momento, allí hay dos personas>>
Y al acercarme, los vi.
Me quedé petrificado...eran Alexandra y Blake... y se estaban...¿besando?Tenía que hacer algo, pero ¿qué?

jueves, 5 de abril de 2012

#CAPITULO 9


P.d.v: Blake.
–Hola –saludó.
–¿Qué hacías ahí subida? –pregunté con una sonrisa.
–Aislarme –contestó desviando la vista.
–¿Por?
–Aquí todo es tan... distinto. La gente siempre está ausente, caminan sin vida y nunca entablan conversación. Los profesores son... En mi pueblo se llama estar empanao, vamos. Yo quería venir para empezar una vida nueva, donde nadie supiese quien soy para comenzar de cero y que nadie me juzgue por como fui en el pasado.
Sonreí al oírla. Cuando hablaba de esa forma sus ojos se tornaban más brillantes de alguna forma.
–Supongo que es una buena razón. ¿No te gustaba tu vida anterior?
–La odiaba. Nadie sabía escucharme. Todos tenían algo más importante que hacer. Con el paso del tiempo fui... marginándome. Ya no llamaba a mis amigas. ¿Para qué? Su diversión era salir a discotecas a emborracharse y a batir el récord de con cuántos tíos podían acostarse. Yo... Joder, vale, una fiesta, unas cervezas, amigos... Pero ir en ese plan nunca lo he aguantado.
Hablaba con un tono de amargura.
–Bueno, si te sirve de consuelo, yo también pienso que la gente de aquí es rarita y no he hecho ningún amigo. Bueno, está Mattius, pero ese ya lo tenía de antes.
–¿Mattius? Vaya, es un chico muy raro, la verdad.
–¿Raro? Eso es que no lo conoces. Es dos niveles más allá de raro.
Rió. Su risa era melodiosa y fina, como su voz. Me miró, con una cara de felicidad. Sus ojos estaban radiantes y sus labios creaban un fino arco de color rojo pálido.
Fuimos hasta el muro donde estaba ella subida y nos sentamos. El sol ya se había puesto, pero nos daban luz los tenues farolillos que había en el jardín. Se deshizo el moño y dejó que su pelo cayese suelto sobre sus hombros. Aún tenía un poco de esa sonrisa en la cara. Y la verdad era que me gustaba esa sonrisa, me hacía sonreír.
¿Qué era ese sentimiento tan raro? Las ganas de reír al oír su risa, el sonreír cuando ella sonreía.... ¿Qué estaba ocurriendo?
–¿Sabes? Eres la única persona con la que me he sentido cómoda desde que llegué –dijo ruborizándose ligeramente.

#CAPITULO 8

P.d.v: Mattius.
Iba caminando por los pasillos. Al fin habían acabado las clases. Debía encontrar a mi tía lo antes posible. Teníamos que planear cómo hacer que Alexandra y Blake se enamoraran. Blake en su vida había sentido amor por nadie, siempre se liaba con ellas y a las dos semanas, cuando veía un culo mejor, cambiaba. Por eso era mi mejor amigo. De Alexandra sabía poco, pero parecía una chica muy cerrada. Ni si quiera me había mirado el culo ni una vez. Ay, ay, ay... A ver si era lesbiana... No, no lo era. Yo y mis paranoias. Tranquilo, Mattius, tu tía confía en ti, y todo el mundo sabes que eres el mejor en todo. ¿De qué tenía que preocuparme?

P.d.v: Blake.
Sali a los jardines del instituto. El sol moría en el horizonte. Menudo día. Había sido eterno. Las clases en el Dumort no acababan jamás. Entre que los profesores eran unas cosas malas andantes y mis compañeros eran secos y empollones no había nada que hacer. Lo único que salvaba el día era haberme encontrado con Alexandra.
Suspiré y decidí dar un paseo. Mi mente estaba lejos. Evocaba una y otra vez aquellos ojos turquesa. ¿Cómo era posible tener unos ojos tan vivos? Y estaba seguro al cien por cien de que no llevaba lentillas. ¿Me la volvería a cruzar? Oh, vamos, había muchos alumnos, pero el colegio era grande, tenía que me la tenía que encontrar por algún lado.
Me quedé de piedra.
Sentada en uno de los muros que delimitaban el colegio había una chica sentada. Tenía el pelo rojizo recogido en un moño flojo, medio deshecho. Sus ojos estaban cerrados, y solo se distinguía un cuarto de la cara. Me pareció que era Alexandra. Esa nariz era suya seguro... Y no hubo lugar para las dudas cuando abrió los ojos. Parecían tristes y melancólicos, pero tenían ese brillo de astucia que los hacía parecer vivos.
Me acerqué a ella con sigilo. Apenas se oían mis pisadas, pero una hoja seca de un árbol cercano la alertó. Se giró bruscamente, sobresaltada. Sonreí.
–Hola de nuevo –dije.

#CAPITULO 7

P.d.v: Blake.
Aquella chica... Alexandra. Sus ojos... Había sentido algo extraño al verlos. Contemplarlos era como mirar al océano e intentar ver más allá del horizonte. En cuanto nuestras miradas se cruzaron, en mi pecho había estallado algo. Era realmente hermosa, pero no era una belleza obvia, como la de una modelo, no, era una belleza propia, camuflada. Era... Distinta. Cerré los ojos e intenté recordar todos los detalles: su nariz recta, sus mejillas pálidas pero ligeramente teñidas de rosa, sus labios entreabiertos de un pálido color rojo... Y sus ojos. De nuevo me quedé atrapado, y esto solo era un recuerdo... ¿Qué pasaría entonces si la volviera a mirar? Notaba el corazón acelerado. Miré hacia el lugar por donde ella había desaparecido, y sentí de pronto unas ganas enormes de desandar el camino y ver hacia dónde se dirigía.

P.d.v: Alexandra.
Blake. Sonreí al recordar su imagen, que se había quedado grabada a fuego en mi cabeza. ¿Volvería a verlo? No lo sabía. Pero una cosa era cierta: había despertado en mí algo extraño con solo una mirada. ¿Por qué me sonrojaba al recordarlo? ¿Por qué al imaginar sus ojos mi corazón se disparaba? Respiré hondo. Miré hacia atrás. Si volviese a girar esa esquina... No. Alexandra, vuelve. Solo lo has visto quince segundos, ni siquiera has mantenido una conversación con él. Suspiré. Miré los libros que llevaba en los brazos. Él los había tocado. A lo mejor si los tiraba él volvía a... ¡Oye! Se me estaba yendo la pinza. Moví la cabeza. Me estaba volviendo tonta.

#CAPITULO 6

P.d.v. de Mattius Thomson:
*Hablando por el móvil*
-Hola...sí...ya están aquí...todo va sobre ruedas...cada vez queda menos...sí...no, no sospechan nada...al menos, ella, no...ahora sólo hay que hacer que se enamore de él, y ¡ZUMBA! la pobrecita tendrá que elegir entre su vida, y su amorcito...adiós, tía Elisabeth, o, ¿debería decir Directora Feldman?

Pd.v de Blake Taylor:
Aunque no sabía dónde estaba el college, yo iba conduciendo de forma robótica, y casi sin pensar, de manera casi involuntaria.Mis dedos paseaban por el volante con la agilidad de un experto, y era como si ya hubiera estado allí antes. Otra cosa que añadí a la lista mental de cosas que no entendía.
<<Quién sabe, quizás se trate de una invasión alienigena que te lava el cerebro, y luego, al esclavizar al mundo, se apodera del planeta>>Me dije. <<Dios mío, Blake, qué tonto eres...>>

P.d.v. de Alexandra
Estaba a punto de salir cuando recordé el consejo que me daba mi padre desde que era una niña: no olvidarme nunca del spray de pimienta, porque nadie sabía qué clase de criaturas podía haber fuera. Mi padre era una especie de exterminador que exterminaba criaturas sobrenaturales, y mke había enseñado el negocio, y quería que ese fuera mi trabajo. A mí, personalmente, me daba igual <<claro que te da igual, no te vas a enamorar de un zombie>> Me reí.<<Tonta, los zombies no tienen sentimientos..>> Contraataqué contra mí misma. Ya íbamos 2-0, y eso que me acababa de levantar.
Me crucé con Mattius en el pasillo, una vez más, había algo raro en él.
-¡Hey! ¿Qué tal, Alex?
-Mmm...¿desde cuando tenemos confianza como para que me llames Alex?
-Lo siento, pensé que no te importaría, yo...
-Da igual, llámame como quieras...¿Qué tal se te presenta el día, Matt?
-¿?Pues quería presentarte a algunos amigos, ya sabes, para que no estés sola...
-Mmm... vale.
-Bueno, te dejo, que mi clase es esta. Ciao, bella.
<<Menos, mal, por fin me deja tranquila>>
Crucé la esquina y me tropecé con alguien. Se me cayeron todos los libros. Me levanté corriendo y me puse a recogerlos, pero él había sido más rápido.
-Toma. Ten más cuidado la próxima vez.
-Gracias, esto...
-Blake Taylor. Encantado de conocerte, esto...
-Alexandra Price.
Levanté la vista y lo miré al fin: era todo lo contrario que Matt: moreno, de ojos verdes, en los que una podría perderse, vamos, lo que en la calle se dice un bombón.
Él también me miró a mí, por un momento, pareció dudar entre si su primera impresión de mí era buena o no, aunque yo juraría que, por su forma de sonreír, habíamos establecido una conexión

.-

lunes, 2 de abril de 2012

#CAPITULO 5

P.d.v de Blake:
La noche del 13...
No podía pegar ojo por lo de mañana. Estaba nervioso, más que nunca. Por lo menos, estaría con Mattius, aunque no sé por qué, esa idea no me tranquilizaba en absoluto.
Me iba a poner unos pitillos vaqueros, sudadera ancha negra, y una camiseta con un dibujo de una tabla de skate, una de mis grandes aficiones. Las otras eran escuchar música y bailar break. Cuando mi abuela aún vivía, decía que lo mío era un don, un don maravilloso que el Señor me había otorgado. Mi querida abuela...
Me dormí pensando en ella, y en los momentos que habíamos pasado juntos. Siempre la había respetado, no como a mi padrastro, un cerdo infiel cuya pasión era aprovecharse de la gente. Lo odio. Menos mal que su trabajo no le permitía estar mucho tiempo con nosotros...
P.d.v. de Alexandra:
Después de las clases, Mattius me había enseñado el Dumort. jamás hubiera dicho que se trataba de un instituto. Pero claro, allí todo era de todo menos corriente.Mi habitación tenía paredes rosa-un rosa demasiado rosa para mí gusto-, muebles blancos, un armario empotrado grande y un escritorio, blancos también.
Mis profesores, a todos les faltaba un tornilo. La directora se pasaba el día "acariciando" el collar ceñido al cuello con el colgante de una calavera con rubíes en los ojos; el de ciencias tenía una enorme cicatriz que le recorría el cráneo de ariba a abajo; la de inglés, se frotaba las manos y se reía como una psicópata, y el de mates, no parpadeaba, estaba tenso como un palo, y a sus espaldas, los alumnos que no andaban raro lo llamaban "el clavo".
Pero todos tenían algo en común; tanto los profesores como la gran mayoría de los alumnos andaban con pasos torpes e iban en silencio, un silencio de muertos, diría yo. Algo a lo que yo no estaba acostumbrada, viniendo de un instituto público donde el ruido reinaba en todos los rincones. <<será porque esta gente son así de estirados al tener calderilla>>Pensé.

jueves, 29 de marzo de 2012

#CAPITULO 4

Martes, 13 de Febrero
P.d.v. de Blake Taylor
Esa mañana me desperté con un horrible sabor de boca, y en mi cama. No podía recordar absolutamente nada de lo ocurrido en la noche anterior. Bueno, en realidad, no podía recordar nada desde que salí al bosque a descansar los oídos.Desde entonces, todo eran imágenes borrosas en mi memoria, y no conseguía pensar con claridad: recordaba la mirada hambrienta de aquel animal que intentó atacarme, podía ver cómo yo había huído, pero lo veía como si fuese desde el exterior, desde otra persona, y lo último que recordaba era al animal desplomarse en el suelo, aunque no hubiera podido descifrar si estaba muerto o no.
Al mover mi cuerpo para salir de la cama, escuché todos mis huesos crujir, y luego me empezaron a doler insoportablemente. Grité, y la voz me salió ronca, áspera y débi.
Decidí volver a la cama, no tenía fuerzas para nada más. Y entonces lo vi. Era un sobre negro. con letras de color blanco. A pesar del dolor, alargué el brazo rápidamente y lo cogí. ¿Desde cuando estaba eso ahí? Lo abrí con curiosidad. ERa una carta de un tal instituto Dumort, que decía que supuestamente, estaba inscrito. sólo puede pensar una cosa : ¿Qué coño?
Me duché. Dejé que el agua me relajara poco a poco cada músculo. Cerré los ojos con fuerza. El dolor había mitigado pero solo un poco. El cuello me dolía un montón, y ese dolor se extendía hacia el brazo derecho.
Salí de la ducha envuelto en una toalla y secándome el pelo con la otra. Lo bueno de tenerlo corto es que no me tiraba mucho tiempo para dejarlo seco. Pasé por delante del espejo y, aunque solo fue un reflejo fugaz, me pareció ver una especie de marca en mi cuello. Apenas le di importancia, la verdad. Estaba demasiado cansado para pensar.
De pronto, me llegó una visión breve: el bosque, una hogera.
Me tumbé en la cama. El aturdimiento se apoderó de mí. Moví de un lado a otro la cabeza, intentando despejarme. ¿Qué...? ¿A qué venía eso? Pero, ahora que caía... ¿Por qué no recordaba nada de lo sucedido anoche? Una cosa era segura: no había llegado a emborracharme. Una cerveza de más quizás, pero nada del otro mundo. Además, creía (y no estaba muy seguro) haber rechazado aquella pastilla que me pasó Mattius. ¿O no? Bueno, signo de interrogación. En fín, la cosa había sido que me había tomado las cervezas y no se sabe si la droga, después había salido al bosque y... Ea, ahí quedaba todo.
¿Qué había sucedido la noche anterior?
Y... la marca esa de mi cuello. Me levanté para ver qué era. Fui al baño y me puse delante del espejo. Levanté la cabeza para que se viera mejor la señal. Sí, era como... ¿Un bocado? Parecía ser una mordedura, pero no humana. La forma de las perforaciones se asemejaba a la de unos dientes. La toqué un poco, un suave roce con la llema de los dedos.
Otro flash: el bosque, hojas en movimiento, luz, una persona en estado de descomposición practicamente... pero ese alguien era... era...
Salí de la ensoñación de nuevo. Me aferré al lavabo. Era... ¡Joder! Me sonaba, me sonaba mucho. Y estaba seguro de que lo conocía, tenía esa sensación.
Volvi a mi cuarto. En la mesilla estaba el sobre. Lo cogi. Dumort. Ni puta idea. Mis amigos jamás me habían hablado de él. Según ponía estaba en el bosque. A ver, yendo de botellón me había recorrido el bosque quientas mil veces, ¡y allí no había ningún jodido instituto! Bueno ni instituto ni otra cosa, no había ser humano con cojones de hacerse allí una casa.
Me tumbé. No quería pensar en nada. Pasaba del tema...

P.d.v. de Alexandra Price:
Primer día de clase. Eso es algo que debería fastidiar a la gente norma, pero seamos realistas, yo no soy normal enabsoluto. Miré el extraño edificio.  ¿Siempre había estado ahí? Tenía muros de apariencia antigua, todos hechos de piedra. Parecía que de un momento a otro el gigante de piedra ante el cual me encontaba nos iba a aplastar.
La gente pasaba a mi alrededor. Iban en grupos, pero apenas hablaban entre ellos. Sus pasos eran torpes, cansados, pero de alguna forma todos iban sincronizados. tenían la mirada perdida. Lo prmero que decidí hacer fue ir a conserjería para recoger mi horario y los libros. Le pregunté a un chico que pasaba a mi lado. Casi ni me miró. Y entonces, cuando di por heco que no iba a conseguir nada, el chico balbuceó algo incomprensible . Sonó como un ruido entre un gruñido y lo que sale cuando hablas debajo del agua.
Con un movimento cansado, estiró el brazo y señaló dentro del edificio. Parecía que el brazo se le iba a caer.
Le di las gracias, aunque el no pareció inmutarse: siguió andando.
Próxima parada: secretaría.

#CAPITULO 3

P.d.v. de Blake Taylor
<<I'm sexy and I know it...>> Sonaba la música de fondo.
Cansado de tanto ruido atronador, y de cerveza, salí al patio a tomar un poco el aire. Era una de las cosas que más me relajaba: desconectar de todo y todos. Me sentía en armonía con el resto del mundo. Metido en mis pensamientos, empecé a caminar hasta que poco a poco me adentré en el bosque, aunque aún podía oír el sonido de la música. De pronto, escuché entre el follaje el ruido que hacen las hojas secas cuando se pisan y de ramas rotas. <<Qué raro. Un animal por aquí>> Pensé. pero en vez de irme de allí, me quedé mirando entre árbol y árbol, por si podía ver al animal. No me daba cuenta de que el sonido se me acercaba lentamente por la espalda, aunque cuando me di cuenta, ya era demasiado tarde para pretender huir. Me giré despacio, temiendo que fuera un lobo,  o algo por el estilo. Pero no era nada de eso. Era mi amigo Mattius, o lo que quedaba de él. Parecía descomponerse por segundos, y la ropa deshilachada, olía a agrio, como si no se hubiera duchado o cambiado en días, o mejor dicho, como si NUNCA se hubiera duchado. Donde antes había una sonrisa a la que todos los dentistas del mundo admiraban, ahora había una mueca con 15 puntos de sutura. Olisqueó en el aire. Podía oler mi miedo. Entonces, con una mana, me agarró de la muñeca, y con la otra, me ladeó la cabeza. Y con un movimiento brusco y sin soltarme, abrió la "boca" y pude ver por el rabillo del ojo una lengua afilada, y cuatro filas de dientes, como los tiburones. Y me pareció ver en su mirada el destello de la maldad, como si fuera su comida.
Entonces ya no pude ver nada más porque sentí sus cuatro filas de dientes clavarse en mi cuello. Al principio, no noté más que un leve pinchazo., pero en cuanto su saliva comenzó a recorrer mi sangre, mis huesos, mis músculos, el leve pinchazo se convirtió en la más lenta y dolorosa de las torturas. Se me nubló la vista. Me temblaban las piernas. Escuché todos y cada uno de mis huesos crujir hasta el punto de hacerse añicos, como si fueran de cristal. Entonces fue cuando me di cuenta de que mi vida habia dado un giro de 180 grados.

#CAPITULO 2

La noche del 12 de Febrero...
P.d.v. de Blake Taylor
Me vestí, me arreglé y me fui a la fiesta a la que me había invitado mi mejor amigo, Mattius Thomson, desde la infancia. Ibamos a estar en su casa de campo, sin padres, y sin vecinos, lo que quiere decir que podríamos poner ¡la música hasta que nos explotaran los oídos!
Iba conduciendo tranquilamente por la carretera que tantas veces había recorrido: me sabía el camino de memoria. Hubiera podido reconocer cada árbol, cada roca, cada diminuta rama entre un millón.
De niños, era el mejor sitio en el que podíamos estar Mattius y yo. Por aquel entonces, era nuestro escondite-secreto-refugio-anti-chicas, aunque esto último fue cambiando con el tiempo...
Nunca hablamos con nadie de su existencia, ni siquiera la mencionábamos, o sino, hubiéramos roto nuestro " juramento de amistad" Qué tonto suena, pero por aquel entonces éramos niños, con mucha imaginación, capaces de convertir una simple caja de cartón en el coche de carreras más rápido del mundo, o el cohete que nos llevaba a planetas desconocidos. No pude evitar sonreír al recordarlo...

P.d.v de Alexandra Price:
Esa misma noche...
Estaba un poco nerviosa por mañana, pues sería "mi gran día", por así decirlo. Pienso que siempre es bueno causar una buena primera impresión, vayas dónde vayas.
Elegí unos vaqueros ajustados de color turquesa y un top de mangas al codo a rayas del mismo color, que hacía juego con mis ojos.
La gente siempre me había juzgado por lo que soy -o mejor dicho, lo que no soy-mi ropa, mi forma de ser, las notas, en fin, todo. Quiero que sea diferente este año, ya estoy cansada de "amigas" que parece que se alegran de que me pasen cosas malas...
Y lo peor, es que nadie parece nunca entenderme, ni mis padres, ni los profesores, ni yo misma soy a veces capaz de entender lo que pasa por mi cabeza pelirroja. Cuando he tratado de contarle a alguien lo que me pasa, se van diciendome algo como <<no tengo tiempo>>, o <<y qué más da?>>, o incluso <<y eso, ¿a quién le importa?>>

#Bienvenidos a Dumort...

El instituto Dumort tiene el placer de comunicarles por la presente que sus puertas estarán abiertas a unos pocos privilegiados que han sido seleccionados para estudiar en sus instalaciones.
¡Enhorabuena! Usted es uno de ellos
El curso comenzará el próximo martes 13 de Febrero.
Les saluda cordialmente, la directora,
Feldman

I
Punto de vista de Alexandra Price:
Abrí con manos temblorosas aquel sobre que había legado hasta mi buzón.
No tenía ni idea de por qué había sido seleccionada, nisiquiera sabía dónde se encontraba aquel instituto.
Hice memoria para ver si alguna vez me había encontrado con el edificio por los alrededores, algún cartel publicitario o algo que indicara su existencia. Sin embargo, aunque nunca lo había visto, mi instinto me decía que sí sabía cómo llegar...
Me detuve un momento a pensar cuándo sería el próximo martes 13 de Febrero. <<Mierda>>. Pensé. El próximo martes 13 de Febrero sería... ¡dentro de 7 días! Un escalofrío recorrió mi espalda: ¿cómo se lo diría a mis padres?